Presupuesto Alterno

Tres de los principales partidos políticos de oposición en México que conforman la alianza Va Por México presentaron una propuesta de presupuesto alterno para el […]

Tres de los principales partidos políticos de oposición en México que conforman la alianza Va Por México presentaron una propuesta de presupuesto alterno para el año 2022. A la mitad del actual sexenio ha quedado manifiesta la incapacidad del gobierno federal para orientar el gasto público a las necesidades más apremiantes para millones de mexicanos. Cada año, nos encontramos con un presupuesto impuesto y encaminado a cumplir los caprichos del presidente y sus obras faraónicas. La propuesta alterna denominada “Presupuesto por México” contiene ajustes por cerca de 380 mil millones de pesos para re orientar este dinero bajo 4 ejes fundamentales: reactivación económica, federalismo, impulso a la mujer y política social. Oponerse y buscar re orientar recursos no significa cancelar obras o proyectos. Significa reducir temporalmente el gasto en estos rubros para usar el recurso público en donde hoy más se necesita. No existe un afán destructivo para frenar un tren o un aeropuerto, lo que sí existe es un ánimo por atender las prioridades de la gente: salud y medicinas, apoyos y becas, empleo y oportunidades para emprender. Ahí debe estar el presupuesto de la federación, ayudando a las y los mexicanos a superar la crisis económica derivada de la pandemia que nos azotó.

Bien dijo el ex presidente estadounidense Ronald Reagan “creo que el mejor programa social es un empleo”, hoy requerimos un presupuesto orientado a reactivar la economía: reactivar el turismo y su derrama económica por medio de nuestros Pueblos Mágicos, reactivar la inversión en educación, ciencia y tecnología apoyando presupuestalmente a las universidades públicas, reactivar la economía familiar con la estabilidad que conlleva tener una estancia infantil cerca, un seguro de desempleo y regresando el seguro popular. Se debe procurar un Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que fomente el empleo y el auto empleo.

Solo con la reducción del 50% de la inversión en los proyectos del tren maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y el programa Sembrando Vida se podrían reasignar más de 60 mil millones de pesos que pudieran destinarse a programas como el de Fortalecimiento a la Seguridad Pública con 10,000 millones, proyectos de Infraestructura Carretera con 27 mil millones, regresar el Seguro Popular con 16 mil 200 millones, programa especial para la atención a personas con cáncer con 6,000 millones, entre otros más. La propuesta alterna esta hecha. Serán los diputados federales quienes discutirán y votarán el presupuesto en esta misma semana. Esperamos que triunfe la sensatez.

#EntreNetas | El desastre ambiental de la 4t

La protección y el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales deben ser vistas como tareas de seguridad nacional; para el Estado Mexicano la preservación de nuestro medio ambiente debe ser un tema de la mayor y más grave relevancia económica, política y social.

A pesar de estas máximas, el presidente de la República y sus colaboradores en la materia han sido sistemáticamente indiferentes y los errores que han cometido parecieran deliberados. Es manifiesta y pública la indiferencia del presidente al olvidarse de la agenda ambiental cada mañana, en cada mañanera, en la que dedica horas a la politiquería pero no dedica ni un par de minutos, en comparación, para hablar de su lucha y compromiso contra el cambio climático.

Neta ¿podemos mencionar algún esfuerzo serio, honesto y soportado técnicamente que demuestre el compromiso del gobierno mexicano contra el cambio climático? ¿podemos enlistar resultados destacados en tres años? Por si las ausencias de respuestas convincentes a estas preguntas no resultaran ilustrativas, veamos el error monumental que implica la propuesta de reforma eléctrica enviada desde Palacio Nacional y que bien pudiera ser catalogada como la iniciativa legislativa más contaminante que pudiera inventarse en este siglo, digna de inscribirse en el programa de Ripley “¡Aunque Usted No Lo Crea!”.

¿Alguien del equipo del presidente le ha hecho saber las consecuencias devastadoras de su reforma eléctrica? ¿Cuál es el compromiso institucional del Gobierno de la República para reducir, en serio y en los hechos, la generación de energías sucias, caras y no renovables que tanto le fascinan al presidente?

Existe otro hecho más que desnuda la incapacidad de este gobierno para proteger nuestros ecosistemas. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales ha sido omisa para prohibir con firmeza y claridad la pesca en la zona cero de la vaquita marina al permitir la entrada a 65 embarcaciones pesqueras en la zona de protección ¿Se va a resignar López Obrador a la extinción de esta especie bajo su gestión? ¿Quiere pasar así a la historia? Las autoridades federales no deben menospreciar el compromiso creciente de los mexicanos en favor del cuidado del medio ambiente.

Hoy más que nunca existe una conciencia colectiva para luchar y proteger nuestro hábitat. Las acciones e inacciones del gobierno tienen una influencia directa en nuestro futuro y los ciudadanos, sociedad organizada y organismos internacionales levantamos la voz ante el desastre que la 4T está provocando sin medir las consecuencias.

Turismo, llave maestra para la reactivación económica

El turismo es uno de los sectores estratégicos más eficientes para reactivar la economía de nuestro país; aporta casi el 10% de todos los empleos […]

El turismo es uno de los sectores estratégicos más eficientes para reactivar la economía de nuestro país; aporta casi el 10% de todos los empleos generados en México según datos del propio gobierno federal. Los casi 4.5 millones de empleos directos que genera, integran a trabajadores de restaurantes, bares, centros de entretenimiento, servicios de transporte, alojamiento y hospedaje, agencias de viajes, comercio, artesanos y más. Se trata pues de un amplio sector económico que activa las economías regionales atrayendo el gasto y activando cadenas productivas muy variadas.

Ante la crisis económica derivada de la pandemia, el sector turístico se presenta como una potencial oportunidad para normalizar los ingresos de millones de familias que padecieron del freno a sus actividades productivas. Pero ¿cómo reanimar al turismo local e internacional? El primero paso debe ser el resurgimiento de nuestros Pueblos Mágicos. Es desde lo local, desde donde se puede y debe impulsar el desarrollo y crecimiento. México cuenta con 132 Pueblos Mágicos nombrados y reconocidos por la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal. Dichos pueblos se encuentran localizados y distribuidos a lo largo y ancho del territorio nacional abarcando 31 estados de la República Mexicana.

Tan solo en Querétaro encontramos 6 Pueblos Mágicos: Amealco, Bernal, Tequisquiapan, Cadereyta, Jalpan y San Joaquín. Ésta extendida cobertura resulta estratégica para la economía nacional, pero además tiene otra gran bondad: aviva nuestra cultura. Cada pueblo es un difusor insustituible de nuestra identidad nacional constituyendo nuestro patrimonio histórico, pero al mismo tiempo, son un motor básico de la reactivación del turismo nacional e internacional y generadores de derrama económica para sus localidades.

Vista la relevancia que guarda el turismo y sus Pueblos Mágicos, ¿de qué forma debe intervenir el gobierno para garantizar que el camino hacia la reactivación económica, a través de la magia de los pueblos, llegue a buen fin? Invirtiendo en lo básico. Ayudando subsidiariamente a cada Pueblo Mágico a mejorar su infraestructura año por año.

Es necesario puntualizar que en los últimos 3 años se ha dejado de asignar presupuesto federal al programa de Pueblos Mágicos ocasionando, en diversos casos, rezagos en sus infraestructuras que deben ser atendidas prontamente. Ante ello, es urgente que en el presupuesto de egresos de la federación para el 2022, se etiqueten recursos específicos para fomentar el turismo local y mundial por medio de nuestros pueblos. Se necesitan recursos para embellecer, cuidar y mejorar los Pueblos Mágicos, orgullo de México. No hay otra llave que abra mejor la reactivación de la economía mexicana.

#EntreNetas | Recursos públicos para la Universidad pública

¿Cómo identificar un verdadero sistema de salud pública de calidad? Por la gratuidad de sus servicios, por la amplitud de su cobertura, por la accesibilidad […]

¿Cómo identificar un verdadero sistema de salud pública de calidad? Por la gratuidad de sus servicios, por la amplitud de su cobertura, por la accesibilidad a consultas, tratamientos, medicinas e intervenciones y por la calidad integral en la atención que brinda. Bajo estos criterios podemos afirmar, sin temor a equivocación alguna, que el sistema de salud mexicano está en colapso.

Lejano a reconvertirse en un programa de salud pública de primer mundo como lo prometió el presidente, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) ha fracasado rotundamente: redujo su cobertura dejando sin acceso a más de 20 millones de personas que contaban ya con la protección del Seguro Popular, ocasionó un desabasto de medicinas sin precedente en nuestra historia reciente, frenó nuevos proyectos de infraestructura y arrinconó a organizaciones público-privadas que prestaban servicios de salud complementarios retirándoles toda aportación de recursos públicos con la que contaban.

Hoy millones de mexicanos se preguntan ¿En dónde está el INSABI? ¿Cómo acceder a medicinas y tratamientos gratuitos y de calidad? ¿Qué servicios cubre? ¿Cómo inscribirse? Preguntas básicas, sin respuestas claras.

El gobierno del presidente Vicente Fox, ideó el Seguro Popular para proyectar un nuevo sistema de salud universal que garantizara el derecho a la salud de toda mexicana y mexicano; los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña lo apuntalaron llegando a cubrir a 53 millones de personas. Si bien, el Seguro Popular aun presentaba muchas áreas de oportunidad y rezagos, su ruta era clara y ascendente; existía un esfuerzo genuino del gobierno federal por construir un sistema articulado, ampliado y perfectible para hacer realidad la garantía constitucional de la protección de la salud.

La salud pública en México está en una grave crisis, no hay inversión en infraestructura nueva, existe un dramático deterioro de las clínicas y hospitales a cargo del gobierno federal, no hay medicinas ni atención pronta y el manejo de la crisis sanitaria por la pandemia de la covid-19 evidenció los males que padece nuestro sistema confirmando que, con este gobierno, no hay cura posible y el sector salud federal está desahuciado.

#EntreNetas | Recursos públicos para la Universidad pública

Bien decía desde hace más de 88 años don Manuel Gómez Morin, ex rector de la UNAM, que “la existencia de la Universidad no es un lujo, sino una necesidad primordial para la República. El trabajo de los universitarios no es sólo un derecho, sino una responsabilidad social bien grave. Ni la Universidad puede vivir, ni los universitarios pueden trabajar con el fruto que la comunidad tiene derecho a exigirles, si las condiciones de apoyo y de comprensión no se cumplen.” De mucho tiempo atrás las universidades públicas de todo el país padecen de las coyunturas políticas imperantes al momento de plantear sus necesidades presupuestales.

Año tras año, ante la definición de los presupuestos de egresos, la mayoría de las instituciones de educación pública se enfrentan al contentillo y criterio de los titulares de los poderes ejecutivos – presidente y gobernadores- que, casi siempre, mantienen una influencia determinante en las legislaturas respectivas. Es así que el presupuesto que se otorga a las universidades públicas comúnmente se regatea sin considerar la trascendencia de su función social.

Es cierta también, la existencia de casos documentados de malos manejos financieros o desfalcos en algunas instituciones que han puesto en duda el correcto uso de los recursos públicos destinados a las universidades, pero sin duda, son excepciones que deben investigarse y sancionarse pero no por ello convertirse en un precedente negativo que sirva para condicionar el aumento significativo y decidido al presupuesto de las mismas. Hoy la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) forma a más de 32,000 estudiantes y el conocimiento que genera es incomparable.

¿Por qué no aumentar su presupuesto si es necesario incrementar su nivel de cobertura? Si cada año, 7 de cada 10 aspirantes a ingresar a la Universidad, no pueden hacerlo ¿por qué no destinar mayores recursos a la Máxima Casa de estudios del Estado? Quizá prevalezcan consideraciones técnico-financieras que no permitan dar un incremento sustancial pronto, pero no hay justificación racional que valga para seguir postergando el inicio de una recuperación presupuestal significativa y paulatina.

Es momento de re valorar la posibilidad de garantizar un presupuesto suficiente e incremental para las universidades públicas desde las propias constituciones. La UAQ ha cumplido al mantenerse entre las mejores universidades de nuestro país, ahora nos toca a todos, sociedad y gobierno, retribuirle en nuestras posibilidades. Quienes somos egresados y ocupamos una posición política estamos doblemente obligados a hacerlo. Recientemente la rectora Teresa García tuvo a bien recordar aquella frase de Derek Curtis Bok, ex rector de la Universidad de Harvard, “Si cree usted que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”, este es el verdadero dilema que enfrentamos, apostar con recursos públicos por la educación pública o acostumbrarnos a la ignorancia.

Jóvenes, arrinconados por Hacienda

¿Te imaginas obligar a las y los jóvenes que cumplan 18 años de edad a tramitar y obtener su licencia de conducir? Es decir, obligar […]

¿Te imaginas obligar a las y los jóvenes que cumplan 18 años de edad a tramitar y obtener su licencia de conducir? Es decir, obligar por ley a quienes cumplan la mayoría de edad a tener, sí o sí, su licencia para conducir independientemente de si saben o no manejar, o si quieren o no hacerlo. Pues así de absurda y ridícula resulta la nueva disposición legal que aprobaron esta semana las y los diputados de MORENA para obligar a todos los jóvenes mexicanos que cumplan 18 años a tener su Registro Federal de Contribuyentes (RFC) tengan o no alguna actividad económica, e increíblemente y en consecuencia, sean o no contribuyentes; en caso de no hacerlo podrían ser acreedores a multas de 12,000 pesos y a potenciales procedimientos legales.

No existe explicación alguna a esta medida emprendida por el gobierno del presidente López Obrador. No hay razón expuesta que sostenga esta medida irracional. No hay justificación que valga para inscribir en un registro de contribuyentes a quienes no realizan actividades empresariales, ni económicas. Ni MORENA, ni López Obrador, han logrado argumentar o articular una sola razón que defienda esta nueva regla. Por ello, debemos alertar que se busca implementar una burda persecución fiscal hacia la juventud de este país para orillarlos a registrase ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) aunque su principal actividad, a veces la única, a veces inaccesible, sea la de estudiar.

¿Qué fin perverso se persigue con esta idea? ¿Por qué se quiere usar el registro de contribuyentes como un padrón poblacional alterno, haciéndose de datos personales e ingresándolos a un sistema tributario aunque no tengan ingresos? Este es el inicio de un terrorismo fiscal, para controlar y manipular. Es a todas luces inconcebible que se obligue a las y los jóvenes a registrarse en el padrón de contribuyentes al tiempo que se exime de esta obligación, por ejemplo, al comercio informal que evidentemente desarrolla una actividad económica por la que se debería tributar. Hoy en México se inicia un nuevo modelo de persecución política fuera de toda proporción, se arrincona a la juventud frente a Hacienda.

#MéxicoSinQuimios

Resulta dramático que el cáncer infantil sea la segunda causa de muerte en niños de 5 a 14 años en nuestro país.

Hace tres años, el acceso a un tratamiento de calidad y a medicinas suficientes para atender a niñas y niños con cáncer fue borrado cretinamente de la lista de servicios de salud que otorga el Estado. El actual gobierno federal ha retirado absurdamente el presupuesto para garantizar el cuidado especializado y la atención de esta grave enfermedad que afecta directamente a más de 7 mil 500 nuevas familias cada año, según la institución de asistencia privada Aquí Nadie Se Rinde.

Resulta dramático que el cáncer infantil sea la segunda causa de muerte en niños de 5 a 14 años en nuestro país; así de importante y prioritario debería ser el interés del gobierno por ocuparse y encargarse de la debida atención y prevención de esta enfermedad en el sector público de salud.

Ante esta nueva “normalidad”, en la que el gobierno desprecia constantemente su afecto por la vida, esta semana se presentó en la Cámara de Diputados un punto de acuerdo de urgente resolución para exigir y garantizar dentro del presupuesto federal, recursos suficientes para tratar y abastecer de medicamentos contra el cáncer a las niñas y los niños mexicanos.

Se requieren alrededor de 5 mil millones de pesos de los más de 7 billones de pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para responder con dignidad y humanidad a esta problemática. Es decir, salvar la vida de nuestras niñas y niños, equivale a destinar tan solo el 0.07 por ciento del presupuesto de la federación; no hacerlo es imperdonable y cuesta miles de vidas ya que en México cada cuatro horas muere una niña o niño por cáncer.

Según la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, se calcula que el tratamiento para el cáncer infantil cuesta a lo menos 9 mil pesos semanales; es decir, más de 450 mil pesos anuales. ¿Cuántas familias mexicanas pueden costear este tratamiento sin ayuda del gobierno? ¿El presupuesto al sector salud debe ser una prioridad del gobierno? ¡Claro! El derecho a un sistema de salud debe ser promovido y garantizado por el gobierno.

Es incuestionable que la amplísima mayoría de mexicanos se encuentra imposibilitada de solventar un tratamiento completo contra el cáncer, por lo que el financiamiento del gobierno es vital; tal y como venía ocurriendo en el pasado reciente bajo el extinto Seguro Popular que, con sus fallas y defectos, era una política pública de salud mucho mejor que sí cubría estos padecimientos y nos mantenía en ruta hacia un sistema de salud con mayor cobertura y calidad. Hoy hemos sufrido una grave regresión que debe acabar ya si queremos terminar con un #MéxicoSinQuimios.

#EntreNetas | #ContaminAMLO a México

El gran peligro de la reforma eléctrica presentada por López Obrador es su efecto contaminante. De aprobarse esta intentona, los daños ambientales serían dramáticos. Se trata de una propuesta retrógrada, de la era del carbón, que por un lado pretende monopolizar y por el otro contaminar. La propuesta de reforma eléctrica presidencial apuesta por la generación de energía cara, sucia y no renovable, bajo la exclusividad y monopolio de la muy ineficiente Comisión Federal de Electricidad (CFE) comandada por el impresentable Manuel Bartlett. Valeria Moy, directora general del Centro de Investigación en Política Pública del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) asegura que la CFE genera electricidad hasta 252% más cara que lo que puede hacerlo el sector privado. Imagínese ahora centralizar toda la producción de electricidad en esta comisión y aniquilar la sana competencia.

Pero regresemos al tema central, el efecto contaminante de la reforma. ¿Por qué se afirma que esta iniciativa generaría energía contaminante? Por tres razones sustantivas. Primero, porque al otorgar el monopolio de la generación de electricidad a la CFE, implícitamente se privilegia la producción de electricidad mediante la quema de combustóleo utilizado como el combustible industrial principal para este efecto. Al respecto Greenpeace asegura “la producción de combustóleo es costosa. En 2019, la producción de un megawatt hora con combustóleo fue de 138 dólares, mientras que el mismo megawatt generado con solar costó 67 dólares y la eólica 66” y agrega “la quema de combustibles trae consigo la emisión de gases de efecto invernadero […] como el azufre”. Es decir, económica y científicamente está demostrado que quemar combustibles para generar electricidad es una pésima idea en este siglo. Segundo, porque al impulsar la capacidad de las refinerías de PEMEX se aumenta exponencialmente la producción del combustóleo (residuo sobrante después de refinar el petróleo crudo) con lo que se estimula que sea la CFE la que le compre a PEMEX esta gran cantidad de combustóleo que genera para cumplir con un doble aunque perverso propósito: ayudar financieramente a PEMEX y seguir con la terquedad de la construcción de una nueva refinería. Y tercero, por los complejos ideológicos del inquilino del palacio, quien vive estancado en el pasado y despreciando un futuro mejor y sostenible. Tenemos un presidente que al igual que Trump es ajeno a la lucha global contra el cambio climático y desprecia el Acuerdo de París.

Aquella imagen de una chimenea industrial expulsando grandes cantidades de humo negro, es la exacta descripción gráfica de la reforma eléctrica promovida, paradójicamente, desde Los Pinos. Es irrefutable que con esta reforma se estaría contaminAMLO a México.

Los complejos de la reforma energética

El sector energético es una de las áreas más estratégicas para el desarrollo del país. Los montos de inversión pública y privada que lo sostienen, […]

El sector energético es una de las áreas más estratégicas para el desarrollo del país. Los montos de inversión pública y privada que lo sostienen, el número significativo de empleos que genera y las repercusiones ambientales que implica, lo posicionan como un sector decisivo y que influye y proyecta radicalmente el futuro de la Nación.

México ha transcurrido por un largo proceso de ajustes al marco normativo y constitucional sobre la industria energética, de Ernesto Zedillo a López Obrador, en cada sexenio, se ha buscado adecuar la concepción y el funcionamiento del modelo energético nacional, partiendo de la observancia a la constitución, las pautas internacionales y las demandas del mercado; siempre bajo la premisa de avanzar y evitar retroceder, procurando eficientizar el servicio, cuidar el medio ambiente y detonar el desarrollo económico nacional.

Pero hoy, a la mitad del sexenio lopezobradorista, se plantea una regresión inimaginable para este siglo. Basta con leer la exposición de motivos de la propuesta de reforma “eléctrica” presentada por el presidente López Obrador, para advertir el lastre de complejos y calcular las irreparables consecuencias negativas para el país. Ésta iniciativa es un duro golpe a la competencia y a la economía nacional, contamina el medio ambiente, pega económicamente a los consumidores y es un zarpazo a la legalidad, pues viola la constitución y diversos tratados internacionales.

Para no pocos especialistas, la reforma presentada por el presidente no se trata de una reforma exclusiva al sector eléctrico, y apunta más bien, a una reforma estructural que afectará al sector energético en su totalidad, pero sobre todo, a las finanzas públicas; más que reforma “eléctrica” es una reforma de corte financiero que llevará inevitablemente a endeudar, mediante subsidios, a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Los efectos previsibles son nefastos: monopoliza y estatiza el servicio de energía eléctrica – buscando fijar y controlar los precios-; afecta directamente al consumidor pues inevitablemente el costo de la electricidad será mayor por la ineficiencia con la que opera la CFE; impacta irreparablemente en el medio ambiente ya que se basa en la generación de energía sucia a partir de la quema del carbón y del combustóleo; violenta el estado de derecho pues incumple con los compromisos adquiridos ante el concierto internacional y contradice la propia constitución.

Distintos conocedores del sector e instituciones respetables como el IMCO, han demostrado que el costo por producción de electricidad por parte de la CFE es hasta 5 veces más caro que la energía generada por privados. A pesar de ello, se insiste en entronizar a la comisión y cancelar toda competencia. Vale reconocer que el actual marco normativo no es perfecto y sí es perfectible, por lo que cabe preguntarnos ¿qué alternativa proponer entonces? Simplemente cumplir la ley, respetar los tratados internacionales, evitar destinar recursos a la CFE y su barril sin fondo, apoyar a la gente para que pueda adquirir paneles y calentadores solares o cualquier otra tecnología que ahorre energía, privilegiar la energía limpia y renovable. Esta debe ser la apuesta del gobierno. Dejar los complejos de lado y volver al futuro.

#EntreNetas | El desprecio por la ciencia

Existe una regla manifiesta en México, el desprecio por la ciencia. El presidente López Obrador nunca ha sido afecto a los análisis metódicos, jamás se ha dispuesto a escuchar una opinión contraria, o por lo menos, a recibir una segunda opinión distinta a la suya – parte fundamental en la verificación científica-, de ninguna forma ha mostrado simpatía por investigadores, especialistas, técnicos o académicos, de ningún modo sus palabras corresponden a una verdad soportada con datos, fiel a razonamientos lógicos o respetando la sistematización del conocimiento. Bien apuntaba el matemático polaco Jacob Bronowski “La ciencia es la aceptación de aquello que funciona y el rechazo de aquello que no. Para eso se necesita más coraje que lo que uno piensa”. Para el presidente mexicano lo que vale es lo que él piensa; sus datos son “los” datos y no hay más. Su desprecio por la verdad científica se constata cada mañana.

Si ya bajo el neoliberalismo vivíamos en un país que invertía muy poco en ciencia y tecnología, ahora, bajo la sombra de la “cuarta transformación” retrocedimos. No solo disminuyó significativamente la inversión en ciencia y tecnología, ahora, aunque usted no lo crea, inició también la persecución política y judicial en contra de investigadores y científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), principal organismo público del gobierno dedicado a la promoción, impulso y desarrollo de la ciencia en nuestro país.

Mientras en México se destina actualmente tan solo el .1% del PIB a la ciencia e investigación, en países como Alemania, Corea del Sur o Japón se destina hasta un 4% en comparación. Mientras en países desarrollados y en vías de desarrollo se estimula y reconoce el trabajo de quienes dedican su vida a la investigación, en México se les busca encarcelar tergiversando la información y distorsionando los hechos.

La Fiscalía General de la República, en un hecho inédito, acusa a 31 investigadores por el uso de gastos operativos “indebidos” a pesar de estar claramente soportados por la ley. La Fiscalía pretendió acusarlos de delincuencia organizada y lavado de dinero por haber usado el recurso público en viáticos que son un gasto necesario, reconocido por las autoridades fiscales y que tiene un fin claro que es cubrir la alimentación, hospedaje, transporte… durante un viaje de trabajo específico. La Fiscalía de López pretende enjuiciar a investigadores por utilizar el dinero que se les dio para el fin que se les dio.

Decía Julio Verne que “la ciencia se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad.” Quizá esta sea la razón “científica” para comprender el desprecio presidencial por la ciencia: la permanente negativa a reconocer sus errores y el temor constante por llegar a la verdad.