#EntreNetas | Estas son las mañaneras

Pocas habilidades se le pueden reconocer al presidente López Obrador como su maestría para definir la conversación nacional. Sus mañaneras son el canal de adulteración de la agenda política y de información desde que fuera Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Como ha dicho Enrique Krauze “No son propiamente conferencias de prensa. Son misas cívicas, sermones que se difunden masivamente en televisión y en redes sociales, convirtiéndose en la fuente principal y hasta única de información para sectores mayoritarios.”

Las mañaneras son en sí, el instrumento de manipulación de un régimen populista que, ante la falta de resultados, tergiversa la información como política de gobierno para establecer su narrativa basada en la división, la mentira y la desinformación.

Desde las mañaneras se difama, se exonera y se condena, se minimiza o se exagera, se incrimina o se exculpa, se engaña o se malinterpreta, pero casi nunca, se habla con transparencia y veracidad. Como lo ha registrado el analista y politólogo Luis Estrada en su libro El Imperio de los Otros Datos, en 700 mañaneras se han pronunciado 67,000 falsedades, inexactitudes y mentiras dichas por el Presidente de la República.

En este singular ejercicio diario de comunicación se habla con tal descaro, y se engaña con tanta frecuencia, que se puede afirmar que las mañaneras son un caso de corrupción nacional.

¿Y si los medios informativos no cubrieran las mañaneras? ¿Si únicamente informaran lo relevante y sustancioso – lo real y verdadero- y dejaran de replicar sus mentiras? Se podrá argumentar a priori que se trataría de un acto de censura, de una restricción al acceso de información pública, pero limitar la transmisión masiva de “noticias” claramente falseadas ¿es correcto? Las mentiras no deberían circular con tanta facilidad y repetición, y menos si surgen desde el Palacio Nacional y en boca del presidente.

Cubrir la fuente, o replicar la información oficial, no es obligación dada, ni pre concedida. A cuatro años de una evidente estrategia de alteración de la información cabe reflexionar ¿Qué razón hay para repetir sus infamias, sus calumnias y diatribas? Ninguna. Decía Abraham Lincoln “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo.

Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Esta frase que se le atribuye a uno de los presidentes de los Estados Unidos de América más reconocidos nos recuerda que la verdad siempre aflora y el tiempo siempre juzga. Por lo pronto, estas son las mañaneras que canta el rey Andrés.

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