Dos mujeres un México

México tendrá su primera presidenta en 2024. Después de 200 años ocupará la Presidencia de la República una mujer y con ella vendrá un cambio de paradigmas y se definirá un proyecto de nación. En los siguientes meses podremos contrastar dos visiones diametralmente opuestas en origen, forma y fondo. Autocracia o democracia. Continuidad o cambio. Sometimiento o libertades. Hablar, solamente hablar, o escuchar y actuar.

Inicia el camino hacia las elecciones presidenciales del próximo año y la ruta será accidentada. La intromisión del presidente López Obrador para aventajar a su corcholata Sheinbaum y descarrilar a Xóchitl será constante y sonante. El presidente sabe que, paradójicamente, solo con división su “proyecto de nación” coexiste. Persistirá en recurrir al engaño para pavimentarle la vía a Sheinbaum. Pero por la boca muere el pez. Ya bajo el desarrollo de un proceso electoral todo dicho contiene su gran dosis de notorio sesgo. Mientras la cargada del oficialismo cargará con Sheinbaum, las voluntades ciudadanas arroparán a Xóchitl. En tanto el Estado utilizará recursos públicos, listas de beneficiarios y a los fiscales carnales con propósitos ilegales, la señora X tendrá la oportunidad de sorprender con nuevas estrategias de gobierno y propuestas irreverentes que cambien el rumbo del país. Dos mujeres, dos perfiles, dos historias. Dos visiones, dos proyectos, un país.

La competencia por la silla presidencial comienza, restan casi 9 meses para iniciar una nueva etapa de gobierno que renueve la esperanza. Es el momento de México. El nearshoring, nuestro enorme potencial en materia de energía solar, la constitucionalidad y con ello la permanencia de los programas sociales para nuestros adultos mayores, una revolución en el sistema de salud y en el transporte público de las zonas metropolitanas, la apuesta por la educación y la ciencia, son algunos de los temas que deberán debatirse con recurrencia y a toda profundidad. Universidades, organizaciones ciudadanas, medios de comunicación, académicos y especialistas, sectores productivos… deben convocar al debate continuo y serio. ¿Qué mejor que la llegada de dos mujeres a la contienda presidencial para transformar el modo de hacer campaña? El conservador modelo de las campañas electorales tiene su posibilidad de cambio ahora, con dos mujeres al frente. Llegó el momento de la participación y el diálogo. Sí con marcadas diferencias, pero también con transparencia y respeto. México, dos mujeres, un camino.

Presidente popular

¿Por qué a pesar de los malos resultados en su gestión de gobierno, López Obrador mantiene una alta popularidad? ¿Por qué si no ha cumplido con muchísimas de sus promesas de campaña sigue siendo un presidente popular? ¿Qué implica ser popular?

Es un error pretender medir el desempeño de un gobernante por medio de su popularidad. Ni es comparable, ni es relativo. La Real Academia Española define la palabra popular como: 1. Perteneciente o relativo al pueblo. 2. Que es peculiar del pueblo o procede de él. 3. Perteneciente o relativo a la parte menos favorecida del pueblo. 4. Que está al alcance de la gente con menos recursos económicos o con menos desarrollo cultural. 5. Que es estimado o, al menos, conocido por el público en general.

Como se desprende de estas descripciones, ser popular no es un adjetivo calificativo para suponer la presencia de un buen gobernante. Ser popular no tiene implicación alguna en el desarrollo de la función pública. Un gobernante popular no es garantía de buenos resultados. Ser popular, como lo indican las definiciones del Diccionario de la Lengua Española, es elementalmente una condición de relación con el pueblo; y sí, efectivamente, López Obrador es un presidente insistentemente vinculado al pueblo y consistentemente un presidente con precarios resultados. “Bajaré el precio de la gasolina, los militares regresarán a sus cuarteles, tendremos uno de los mejores sistemas de salud del mundo, acabaré con la corrupción…” nada de esto lo ha logrado. Falló a sus promesas de cambio y por sus resultados debe ser juzgado. Pero por ser popular se le exculpan sus fracasos y se le reduce a una figura reconocida pero inoperante. Grave para el futuro de México.

El dilema de la próxima elección estará inmerso en la categorización de la popularidad. Elegir a una mujer popular, porque es cercana al popular del presidente, o elegir a una mujer libre, independiente y genuinamente popular. Popular de raíz o popular por decreto presidencial. Estaremos en la disyuntiva de votar entre una opción popular y efectiva, y otra popular y deficiente. Una mujer popular x historia, capaz y con resultados; o una mujer popular a conveniencia y con malos resultados.

Mientras no elijamos a una presidenta popular y competente, seguiremos sumisos en la paradoja de tener un gobierno desastroso pero con un titular popular.

Xóchitl

¿Quién debe encabezar la candidatura opositora para la Presidencia de la República? Quien represente de forma y fondo una candidatura única y distinguible; pura en su esencia y reacia en sus convicciones. Quien resuene por su propia historia y se enorgullezca de su pasado. Quien conecte por su nombre y simpatice por sus palabras. Quien rompa el guión y se adapte a la circunstancia. Quien desquicie al desquiciado del Palacio y se apodere de su narrativa. Quien personifique a la esperanza ante un gobierno inepto, perverso y corrupto.

Para que México cambie en serio, de deveras, se necesita un proyecto que represente a la sociedad y a los ciudadanos en su amplio conjunto, que sume y no que reste, que apoye genuinamente las causas sociales que llevaron a MORENA al gobierno, incluyendo y no dividiendo.

¿Se puede rescatar la presidencia? Sí. Existe una fórmula casi perfecta para ganar: colocar al candidato correcto, en el contexto correcto, con la propuesta y comunicación correctas. Postular al personaje que mejor corresponda con el ánimo social y que transmita originalidad, sencillez y carisma. Con las habilidades para comunicar, entusiasmando, y sortear, aprovechando, las coyunturas que se suelen presentar durante todo un proceso electoral.

Es Xóchitl Gálvez Ruiz. La que no milita en un partido político, pero es arropada por todo un frente de partidos. La que ha logrado desarticular al oficialismo, pero también desafiar a la partidocracia. La que acumula más resultados en favor de los más pobres que todas las intenciones de la transformación de cuarta.

El destino de México encuentra renovada esperanza en una candidatura de gran disrupción: Xóchitl, una mujer de raíces indígenas, aspiracionista, ingeniera y empresaria exitosa, senadora y ex jefa delegacional, creadora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, capaz y dispuesta a reivindicar la política mexicana

Con los libros no

La Real Academia Española define la palabra erratas como equivocación material cometida en lo impreso o manuscrito; y establece que la fe de erratas es la lista de las erratas observadas en un libro, inserta en él al final o al comienzo, con la enmienda que cada una debe hacerse.

La publicación de los nuevos libros de texto del sistema nacional de educación pública evidenció un fracaso más del presente gobierno federal. Imprecisiones, errores graves e ideologización son la novedad en los libros de texto gratuitos. Otros datos y la constante por tergiversar la historia para enaltecer las ideas sin fundamentos de un presidente locuaz han manchado los libros.

La educación pública es un asunto de Estado que debe ser abordado con la máxima diligencia y el mayor decoro. Con la eminente concurrencia de académicos, especialistas, docentes, investigadores e instituciones reconocidas y doctas en la enseñanza, el proceso para la integración de los libros de texto debió constituirse como un proceso de unidad nacional. Los contenidos educativos no deben ser parciales e inexactos, menos pueden ser erróneos o falsos.

A un año de que concluya el sexenio del obradorismo la educación pública esta bajo el acecho de un gobierno cuya intención es la generación de más pobres para aumentar su base de clientelismo electoral. Parafraseando a don Efraín González Morfín, atentan contra la educación quienes por falta de valor o por sobra de ambición, se subordinan a los intereses parciales de los monopolios políticos, económicos o facciosos. Así ocurre en México.

A las manifiestas fallas advertidas en los libros de texto le corresponderán sus respectivas fe de erratas, con el propósito de corregir, pero también con la utilidad pública de dejar constancia imborrable del fracaso de un gobierno que le falló al pueblo.

Como invoca el lema de la Universidad Autónoma de Querétaro, es insustituible educar en la verdad y en el honor.

#EntreNetas | El tren, las vías y el Metro Riel

El reciente anuncio del presidente López Obrador sobre la añeja probabilidad de la construcción del tren de pasajeros México–Querétaro debe abrir un nuevo debate en nuestra zona metropolitana. Más allá de los evidentes beneficios que traería la construcción de esta obra de conectividad nacional, ¿qué otra obra federal podríamos desear los queretanos?

Ahora que nuevamente el presidente anuncia el estudio para la viabilidad del proyecto por medio de la empresa ferroviaria Kansas City, los queretanos debemos provocar una nueva discusión relacionada con los trenes: la recuperación y nuevo uso de los terrenos por los que pasan las vías del tren que cruzan la zona urbana metropolitana de oriente a poniente.

Nuestra capital esta dividida en dos por el paso de las vías férreas. Son 13 km aproximadamente desde el corazón de La Cañada, El Marqués, hasta Santa María Magdalena, Querétaro, cruzando vialidades estratégicas y primarias como Bernardo Quintana, Corregidora, Felipe Ángeles, Ejido, Paseo 5 de Febrero, Espuela del Ferrocarril, y si nos extendiéramos 4 kilómetros más se conectaría directamente con el Libramiento Sur Poniente en Corregidora. ¿Qué mejor trazo para un nuevo proyecto de movilidad para el futuro de la ciudad? ¿Te imaginas que por donde se encuentran esas vías del ferrocarril, pasara un tren ligero como el de Cuenca, Ecuador, circulara un carril exclusivo para camiones articulados de Qrobus o hubiera un gran paseo peatonal con una autopista urbana para bicicletas? Es posible. El tren ligero o Tranvía de Cuenca tiene una distancia muy similar al que se podría proyectar aquí en Querétaro. Su longitud de recorrido es de casi 12 kilómetros y se encuentra en Cuenca, una ciudad con una población en su zona metropolitana de la mitad de la de Querétaro (709,966 vs 1,597,941) y con un presupuesto inferior al de nuestra capital. ¿Qué mejor trazo y espacio para la primera línea de un MetroRiel en Querétaro? ¿Qué mejor obra vial y de movilidad sin afectaciones para los ciudadanos?

El terreno lineal por donde pasan las vías del tren que parten el centro de toda la mancha urbana, es el mejor espacio para proyectar el futuro de la movilidad de Querétaro. Es un eje alimentador de norte a sur y una conexión directa de este a oeste. Allí guarda el Querétaro del futuro.

Evidentemente para un proyecto de esta magnitud es fundamental la concordancia entre los distintos niveles de gobierno, pero todo es posible; como muestra, en Celaya, Guanajuato, se trabaja ya en el Ferreférico que consiste en desviar 19 kilómetros de vías del tren del centro de la ciudad. Este proyecto se logró con el apoyo de la empresa Kansas City y tiene un costo de 4 mil millones de pesos. ¿Si en Celaya se pudo, por qué en Querétaro no?

Sexenios han pasado anunciando el tren México-Querétaro sin haberse colocado un solo durmiente. Más nos convendría confiar en nosotros mismos y liderar el mejor proyecto de movilidad urbana de nuestra historia.

¿Tren México-Querétaro o tren ligero en Querétaro?

Nos convendría abrir la conversación para analizar la viabilidad de una primera línea de nuestro propio tren ligero, tranvía o metro riel.

Nuevamente se escucha hablar del tren México-Querétaro, proyecto que sin duda sería de gran beneficio para nuestro Estado pues impulsaría el desarrollo económico de la entidad y liberaría la autopista más transitada del país. Pero antes de pretender conectarnos con la gran Zona Metropolitana del Valle de México -ocasionando la llegada de más personas a nuestra ciudad- ¿no deberíamos ordenar primero nuestro crecimiento? Antes de facilitar el aumento poblacional, ¿no deberíamos planear el futuro de Querétaro? Qué va primero, el ¿tren México-Querétaro o un tren ligero en Querétaro?

La llegada de miles de familias a nuestro Estado exige prestar más y mejores servicios públicos. Nuestras vialidades y nuestro sistema de transporte deben evolucionar ante el crecimiento exponencial de la mancha urbana. Y ante la reciclada discusión del proyecto del tren México-Querétaro más nos convendría abrir la conversación para analizar la viabilidad de una primera línea de nuestro propio tren ligero, tranvía o metro riel. Sí, proyectar un gran eje para el transporte público eficiente y limpio. Un tranvía como el de Cuenca, Ecuador, o como el Ie-tram en Mérida. ¿Es posible? ¿En dónde?

Nuestra capital esta dividida en dos por el paso de las vías férreas. Son 13 km aproximadamente desde el corazón de La Cañada, El Marqués, hasta Santa María Magdalena, Querétaro, cruzando vialidades estratégicas y primarias como Bernardo Quintana, Corregidora, Felipe Ángeles, Ejido, Paseo 5 de Febrero, Espuela del Ferrocarril, y si nos extendiéramos 4 kilometros más se conectaría directamente con el Libramiento Sur Poniente en Corregidora. ¿Qué mejor trazo para un nuevo proyecto de movilidad para el futuro de la ciudad? ¿Te imaginas que por donde se encuentran esas vías del ferrocarril, pasara un tren ligero, circulara un carril exclusivo para camiones articulados de Qrobus o hubiera un gran paseo peatonal con una autopista urbana para bicicletas? Es posible. Veamos, el Tranvía de Cuenca tiene una distancia muy similar al que se podría proyectar aquí en Querétaro. Su longitud de recorrido es de casi 12 kilómetros y se encuentra en Cuenca, una ciudad con una población en su zona metropolitana de la mitad de la de Querétaro y cuenta con un presupuesto inferior al de nuestra capital. ¿Qué mejor trazo y espacio para una primera línea de un MetroRiel en Querétaro? Pero lo mejor, sería una obra prácticamente sin afectaciones para los ciudadanos pues se realizaría sobre el paso de las vías.

El terreno lineal por donde pasan las vías del tren es el mejor espacio para proyectar el futuro de la movilidad de Querétaro. Es un eje alimentador de norte a sur y una conexión directa de este a oeste.

Evidentemente se requiere de la convergencia y voluntad de los diferentes niveles de gobierno y de la empresa ferroviaria Kansas City, pero existen casos como el del Ferreférico en Celaya – consistente en desviar 19 kilómetros de las vías del tren del centro de la ciudad- que ha demostrado que cuando se quiere, se puede.

Sexenios han pasado anunciando el tren México-Querétaro sin haberse colocado un solo durmiente. Más nos convendría confiar en nosotros mismos y liderar el mejor proyecto de movilidad urbana de nuestra historia.

#EntreNetas | Corrupción a tope

No mentir, no robar, no traicionar al pueblo; así, López Obrador conquistó el ánimo social y llegó a la presidencia de la República. Su bandera ondeaba en torno a la lucha contra la corrupción y el destierro de los privilegios para la clase política, la mafia del poder. AMLO no vaciló en asegurar que el método más eficaz para acabar con la corrupción y su impunidad, era “barrerla de arriba para abajo, como a las escaleras” y predicar con el ejemplo. Cinco años después el fracaso es rotundo y la realidad es trágica para el país.

Sobran hechos. El más reciente desfalco investigado por la propia Fiscalía General de la República en el abasto de leche por más de mil 700 millones de pesos en Segalmex, las exhibiciones públicas de los hermanos del presidente en videos recibiendo dinero en efectivo, la casa gris, los escándalos por el mantenimiento de privilegios para el uso personal y discrecional de aeronaves del Ejército de familiares y funcionarios afines a la 4T. Reiteración de actos de corrupción y no la erradicación que prometieron. La negación como protocolo ante la evidencia.

Recientemente la Americas Society/Council of the Americas (AS/COA) y la consultora Control Risks publicaron el índice de Capacidad para Combatir la Corrupción confirmando lo esperado: la corrupción en México aumenta y no disminuye. Nuestro país está rezagado en los últimos lugares del continente junto con Guatemala, Bolivia y la dictadura venezolana. Pero más preocupante es que

solo Guatemala y México han descendido en sus puntuaciones consistentemente desde hace 4 años, justo coincidente con el inicio del gobierno de la cuarta transformación.

Estudios avalados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la institución académica CIDE dimensionan las implicaciones que tiene la corrupción en su impacto económico que representa más de 6,400 millones de pesos para la población y 1,612 millones para las empresas, resultando que el costo promedio de un acto corrupción ronda los 2,800 pesos por persona. Una desfachatez, un descaro.

El discurso presidencial ha fallado. Otro fracaso más del presente gobierno. Una mentira más. Otra política pública malograda. Un grave retroceso que condena a México. Hoy la corrupción continua a tope. Más y no menos.

Fuera de lugar

Así como en el deporte, en las contiendas electorales existen reglas y en consecuencia, faltas que deben ser sancionadas. Si un precandidato inicia su promoción personal meses antes que el resto de aspirantes, ¿obtiene alguna ventaja?

Algunas definiciones que aporta la Real Academia Española para la palabra falta son: Quebrantamiento de una obligación. Infracción de las reglas de un juego o deporte, sancionada por su reglamento. Infracción voluntaria o culposa de una norma, que puede ser castigada bien penal o administrativamente, bien por el empresario en las relaciones laborales. No cumplir con lo que debe.

Es decir, una falta es una acción fuera de la norma, de la ley. Para una mejor comprensión podemos ejemplificar con las faltas deportivas que quebrantan el desarrollo de la competencia leal y justa. Tenemos como muestra todas aquellas faltas básicas que castigan la desigualdad en el desarrollo de una competencia; mismos tiempos fuera, mismos minutos de descanso, mismos cambios de jugadores, mismas oportunidades de ejecución, mismos tiempos de salida. En una carrera de velocidad en atletismo o en una competencia de relevos en la natación ¿Sería válido que un jugador saliera antes que el resto? ¿El banderazo de salida puede ser parcial? Obviamente no porque significaría dar una ventaja competitiva que afecta gravemente la igualdad de condiciones. ¿Qué pasaría en un partido de fútbol soccer si la regla del fuera de lugar solo aplicara para un equipo? No habría una competencia justa y las probabilidades de que un equipo gane se multiplican.

Así como en el deporte sería inverosímil que un jugador pudiera arrancar primero su carrera de distancia o meter un gol antes de pitado el inicio del partido, en las contiendas electorales existen reglas y en consecuencias faltas que deben ser sancionadas. Si un precandidato inicia su promoción personal meses antes que el resto de aspirantes, ¿obtiene alguna ventaja? Por supuesto. La ley establece claramente cuándo inician los procesos electorales y sus debidas etapas. El derecho tiene como fin la justicia y la justicia descansa sobre parámetros de equidad e imparcialidad. La simulación orquestada por el presidente López Obrador para adelantar la definición del candidato presidencial de MORENA, altera el juego y sus reglas. Trastoca la competencia leal al igual que en cualquier deporte. Las corcholatas arrancaron antes del disparo de salida y eso representa una ventaja audaz pero ilegal, sonora pero injusta.

El “árbitro” electoral debe imponer respeto para que el juego no se descontrole y haya cancha pareja. Esta en él marcar la salida en falso y repetir el banderazo. Hacer cumplir las reglas y convocar al fair play.

Los tiempos del presidente

Pocos dudan del talante dominante del presidente López Obrador. Muchos advertimos en él un serio peligro de regresión autoritaria y autocrática. Casi todos percibimos su terquedad, su cerrazón y su poder dominante. También, una amplísima mayoría de mexicanas y mexicanos le concedemos su capacidad estratégica para marcar la agenda nacional e imponer su narrativa. Andrés Manuel es un líder estratégico que somete a la opinión pública a su conveniencia.

A un año de la elección presidencial, el titular del Poder Ejecutivo Federal dio por iniciado el proceso electoral contraviniendo la constitución, las leyes en la materia, los criterios de los tribunales y los acuerdos y lineamientos de las autoridades electorales. Suplantó a toda institución y norma electoral existente para decretar unilateralmente el arranque de las campañas presidenciales de forma y fondo. Despedazó el calendario comicial que, legal y cronológicamente, establece las etapas, requisitos y reglas para contender por un cargo de elección, incluso al interior de los partidos políticos. Fue irónicamente tajante en adelantar su propia sucesión.

Ha instruido campañas adelantadas en su partido para legitimar el dedazo a su relevo. Renuncias de funcionarios públicos, despliegues publicitarios, actos de campaña, desvíos y derroche de recursos ilegales son ya el escaparate de la política nacional.

Pero ¿para qué adelantar vísperas? ¿Por qué acelerar los tiempos que marca específicamente la ley? Claramente la intención del presidente es acaparar el proceso de sucesión desde el primer minuto posicionando que la competencia esta únicamente al interior MORENA, pues la elección constitucional esta “prácticamente definida” frente a una candidatura de oposición hasta ahora inexistente.

Quiere sepultar la posibilidad del dicho “caballo que alcanza gana” apostando a que la ventaja se acentúe mediante el aprovechamiento del tiempo. Parafraseando a Carlos Castillo Peraza, un gobierno, un proyecto, una candidatura “será mejor en la medida que nos salve de perder el tiempo, puesto que aquí no vale aquello de que `de lo perdido, lo que aparezca`, ya que del tiempo que se extravió no aparecerá ni una brizna.” El presidente lo sabe. Para él cada instante cuenta y su movimiento lo aprovecha; mientras tanto, la oposición pierde el principal recurso no renovable del que dispone: el tiempo. Las campañas ya empezaron. Es cuestión de tiempo.

#EntreNetas | Más violencia que nunca

Nueve de las diez ciudades más violentas del mundo están en México. Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Uruapan, Ciudad Juárez y Acapulco son las ciudades que registran la tasa más alta de homicidios por cada 100,000 habitantes. Si se extiende la búsqueda encontramos que 17 de las 50 ciudades con más asesinatos son mexicanas. Este ranking elaborado en 2022 por el Consejo para la Seguridad Pública y la Justicia Penal marca una tendencia que ha tocado ya su punto más alto: el sexenio de López Obrador ha superado el número de homicidios de los sexenios anteriores de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa. Quien como aguerrido opositor hizo de la seguridad pública una de sus principales banderas, recontando las muertes de la “guerra de Calderón”, hoy ha establecido su propio record y pasará a la historia como el gobierno con la mayor cantidad de muertes por arriba de las 156,000, ocasionadas por homicidios.

La promesa de pacificar al país no se cumplió. Las justificaciones sobran y la estrategia de “abrazos y no balazos” falla. La violencia es la constante mientras los pretextos sobresalen. Todos los días más de 75 mexicanos mueren violentamente. El crimen organizado manda en cientos de poblados en tanto el gobierno federal se esconde.

Ante la evidencia de los datos de su propio gobierno – Instituto Nacional de Geografía y Estadística y Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública- el presidente López Obrador ha tenido que reconocer que su sexenio es el que registra el mayor número de homicidios en toda la historia. La semana pasada ironizó ante los medios de comunicación: “Que barbaridad, el gobierno de ahora es el gobierno que tiene más homicidios”, le siguieron las justificaciones.

López Obrador, candidato, sostuvo siempre que en el corto tiempo podría resolver el problema de la violencia y la inseguridad, pero ocurrió lo contrario. Lleva más de 4 años gobernando y es evidente que no puede. Culpa al pasado rehuyendo del presente. La cuarta transformación ha consolidado su legado; son ya, incontrovertiblemente, el sexenio más violento de nuestra historia.

*Diputado Federal PAN