El decreto del dictador

El pasado 22 de noviembre fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo por el cual se declara de “interés público […]

El pasado 22 de noviembre fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo por el cual se declara de “interés público y seguridad nacional” la realización de proyectos y obras a cargo del Gobierno de México. Estas obras y proyectos abarcan prácticamente todas las modalidades y sectores: en comunicaciones, telecomunicaciones, hidráulicas, ambientales, hídricas, turísticas, de salud, férreas, aeroportuarias, entre muchas otras más, siempre que se les considere por el propio gobierno como prioritarias y/o estratégicas para el desarrollo de México.

¿Qué implicación tiene este acuerdo publicado por la Presidencia de la República? La afirmación de un gobierno totalitario, por el cual, el Estado ejerce el poder sin ninguna restricción y regulación. Mediante la vigencia de este acuerdo el Presidente pretende hacer y deshacer en la ejecución de las obras públicas sin miramiento mínimo a la ley y sin cumplir con los requisitos básicos establecidos por las autoridades de los distintos órdenes y niveles de gobierno, es decir, actuar de manera autoritaria, ilegal y dictatorial. Con este acuerdo se evidencia la instauración progresiva de un despotismo a la mexicana como lo definiera Montesquieu en El Espíritu de las Leyes “el gobierno de uno solo, sin ley ni frenos, que arrastra todo y a todos tras su voluntad y sus caprichos”.

Este decreto significa conceder todo el poder a un solo poder, usando de manera discrecional recursos públicos y pasando por alto los actos de autoridades diversas para cumplir los antojos del presidente. Aunado a ello, se pretende evadir la transparencia, el cumplimiento legal y los requisitos ambientales y administrativos necesarios para la autorización debida de una obra cualquiera. ¿Qué se puede hacer ante este acto perverso de autoridad? La presentación de una acción de clara inconstitucionalidad por parte de los legisladores federales, la interposición de acciones de controversia constitucional a cargo de municipios o autoridades competentes o el uso del amparo. Este acuerdo pinta de cuerpo entero la vocación autoritaria, soberbia y caprichosa con la que el presidente gobierna el país. El decretazo de este 22 de noviembre es el decreto de un dictador en funciones de presidente.

#EntreNetas | ¿Revocación o ratificación de mandato?

En la primera semana de septiembre la Cámara de Diputados discutió la Ley de Revocación de Mandato con el propósito de ampliar el derecho de los ciudadanos a participar en la determinación de su gobierno. Este ejercicio de democracia avanzada mantiene una sola esencia y custodia un solo objetivo: permitir la terminación de un encargo público antes de finalizar el periodo para el que es electo. Nada mas, pero nada menos. Esta ley se materializa mediante la realización de una consulta pública a las y los ciudadanos sobre si el presidente debe continuar en su cargo o debe ser removido por la pérdida de confianza. Hasta aquí todo aparenta ser una novedosa práctica para implementar un ejercicio democrático que califique anticipadamente el desempeño del presidente. Sin embargo, existen tres lastres que desvirtúan e impiden la realización genuina de esta práctica progresista. Primera, la deformación de su concepción por parte del oficialismo. Revocación según la Real Academia Española es la acción y efecto de revocar definiendo revocar como dejar sin efecto una concesión, un mandato o una resolución. Mientras que la ratificación es la acción y efecto de ratificar, es decir, aprobar o confirmar actos, palabras o escritos dándolos por valederos y ciertos. ¿Qué podemos interpretar al respecto? ¿Cuál es la diferencia sustantiva entre un proceso de revocación – como lo mandata la ley- y uno de ratificación? Sencillo, la revocación persigue exclusivamente el ánimo para promover la terminación del cargo, mientras que la ratificación promueve la permanencia. No es lo mimo recolectar firmas para pedir que un presidente se quede en el puesto a pedir firmas para que deje el cargo; son peticiones opuestas. Promover la ratificación dentro de un ejercicio eminentemente de revocación es un total contrasentido. Ha sido el propio presidente quien paradójicamente ha promovido la revocación desde el oficialismo.

Él es quien todos los días busca engañar haciendo ver la revocación como una ratificación; violando la ley, usando recursos públicos, con pronunciamientos ilegales y en tiempos oficiales. Segundo obstáculo, el financiero. Para la correcta implementación de un proceso de consulta nacional se requieren recursos extraordinarios para desplegar centros de votación a lo largo y ancho de todo el país. Contradictoriamente, fue la mayoría legislativa oficialista quien recortó en casi 5,000 millones de pesos el presupuesto al INE poniendo en riesgo la consulta. Y tercer inconveniente, el legal. Existe una acción de inconstitucionalidad presentada por los legisladores de oposición ante la tergiversación que de este ejercicio ha realizado el gobierno. Es evidente el carácter propagandístico que el presidente ha dado a esta consulta con fines perversamente electorales en un nuevo refuerzo a la narrativa presidencial. ¿Revocación o ratificación de mandato? La diferencia es clara.

De la unanimidad al olvido

En el parlamento mexicano es tan fácil pasar de la razón a la insensatez, de la coincidencia a la obediencia, de lo aprobado a lo olvidado, de la unanimidad de propósitos a la división ocasionada, que solo basta revisar el proceso de aprobación del presupuesto 2022 para corroborar lo dicho

El proceso para la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación del 2022 (PEF22) sirve como un preciso referente para ilustrar la alineación de los intereses presidenciales. Por un lado, el presupuesto enfila las prioridades del Poder Ejecutivo y por el otro evidencia la sumisión del Poder Legislativo a lo dispuesto por la silla presidencial.

El presupuesto mandata el uso que el gobierno le dará al dinero de las y los mexicanos. ¿Cuáles son los gastos programables más representativos? Sin duda, los recursos públicos disponibles y programables se encuentran colocados en la obras faraónicas del presidente: el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía.

El recurso público está totalmente alineado a priorizar las obras majestuosas por encima de las necesidades primarias de la nación. ¿Está mal que el gobierno invierta en la construcción de un tren turístico? No, siempre y cuando estuvieran resueltos los temas más fundamentales a cargo del gobierno como la salud y la educación.

Invertir en un tren turístico es un lujo que solo se puede dar un país que ya resolvió con antelación sus temas más apremiantes, como el de la seguridad, y brinda en los hechos un excelente servicio a través de sus sistemas de salud, de educación o de infraestructura carretera por poner algunos ejemplos y que, por lo tanto, ya no necesita gastar el dinero en las necesidades de la gente sino en otros proyectos nuevos. Por el otro lado, la votación del presupuesto federal constató la obediencia ciega de los diputados oficialistas.

Aquí otro ejemplo, durante la discusión del presupuesto en la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados se aprobó por unanimidad una opinión presupuestal para destinar por lo menos 500 millones de pesos a los Pueblos Mágicos, es decir, en dicho órgano parlamentario los diputados de absolutamente todos los partidos políticos coincidieron en la importancia de destinar recursos federales al desarrollo de los Pueblos Mágicos; sin embargo, ya en la discusión y aprobación del presupuesto en el Pleno de la Cámara de Diputados, los legisladores de Morena y sus aliados, Partido Verde Ecologista y Partido del Trabajo, se olvidaron de su palabra empeñada y sus votos dados en la comisión, respaldando el presupuesto mandado por el Ejecutivo sin moverle una sola coma.

El presupuesto los alineó. En el parlamento mexicano es tan fácil pasar de la razón a la insensatez, de la coincidencia a la obediencia, de lo aprobado a lo olvidado, de la unanimidad de propósitos a la división ocasionada, que solo basta revisar el proceso de aprobación del presupuesto 2022 para corroborar lo dicho.

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Presupuesto Alterno

Tres de los principales partidos políticos de oposición en México que conforman la alianza Va Por México presentaron una propuesta de presupuesto alterno para el […]

Tres de los principales partidos políticos de oposición en México que conforman la alianza Va Por México presentaron una propuesta de presupuesto alterno para el año 2022. A la mitad del actual sexenio ha quedado manifiesta la incapacidad del gobierno federal para orientar el gasto público a las necesidades más apremiantes para millones de mexicanos. Cada año, nos encontramos con un presupuesto impuesto y encaminado a cumplir los caprichos del presidente y sus obras faraónicas. La propuesta alterna denominada “Presupuesto por México” contiene ajustes por cerca de 380 mil millones de pesos para re orientar este dinero bajo 4 ejes fundamentales: reactivación económica, federalismo, impulso a la mujer y política social. Oponerse y buscar re orientar recursos no significa cancelar obras o proyectos. Significa reducir temporalmente el gasto en estos rubros para usar el recurso público en donde hoy más se necesita. No existe un afán destructivo para frenar un tren o un aeropuerto, lo que sí existe es un ánimo por atender las prioridades de la gente: salud y medicinas, apoyos y becas, empleo y oportunidades para emprender. Ahí debe estar el presupuesto de la federación, ayudando a las y los mexicanos a superar la crisis económica derivada de la pandemia que nos azotó.

Bien dijo el ex presidente estadounidense Ronald Reagan “creo que el mejor programa social es un empleo”, hoy requerimos un presupuesto orientado a reactivar la economía: reactivar el turismo y su derrama económica por medio de nuestros Pueblos Mágicos, reactivar la inversión en educación, ciencia y tecnología apoyando presupuestalmente a las universidades públicas, reactivar la economía familiar con la estabilidad que conlleva tener una estancia infantil cerca, un seguro de desempleo y regresando el seguro popular. Se debe procurar un Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que fomente el empleo y el auto empleo.

Solo con la reducción del 50% de la inversión en los proyectos del tren maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y el programa Sembrando Vida se podrían reasignar más de 60 mil millones de pesos que pudieran destinarse a programas como el de Fortalecimiento a la Seguridad Pública con 10,000 millones, proyectos de Infraestructura Carretera con 27 mil millones, regresar el Seguro Popular con 16 mil 200 millones, programa especial para la atención a personas con cáncer con 6,000 millones, entre otros más. La propuesta alterna esta hecha. Serán los diputados federales quienes discutirán y votarán el presupuesto en esta misma semana. Esperamos que triunfe la sensatez.

#EntreNetas | El desastre ambiental de la 4t

La protección y el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales deben ser vistas como tareas de seguridad nacional; para el Estado Mexicano la preservación de nuestro medio ambiente debe ser un tema de la mayor y más grave relevancia económica, política y social.

A pesar de estas máximas, el presidente de la República y sus colaboradores en la materia han sido sistemáticamente indiferentes y los errores que han cometido parecieran deliberados. Es manifiesta y pública la indiferencia del presidente al olvidarse de la agenda ambiental cada mañana, en cada mañanera, en la que dedica horas a la politiquería pero no dedica ni un par de minutos, en comparación, para hablar de su lucha y compromiso contra el cambio climático.

Neta ¿podemos mencionar algún esfuerzo serio, honesto y soportado técnicamente que demuestre el compromiso del gobierno mexicano contra el cambio climático? ¿podemos enlistar resultados destacados en tres años? Por si las ausencias de respuestas convincentes a estas preguntas no resultaran ilustrativas, veamos el error monumental que implica la propuesta de reforma eléctrica enviada desde Palacio Nacional y que bien pudiera ser catalogada como la iniciativa legislativa más contaminante que pudiera inventarse en este siglo, digna de inscribirse en el programa de Ripley “¡Aunque Usted No Lo Crea!”.

¿Alguien del equipo del presidente le ha hecho saber las consecuencias devastadoras de su reforma eléctrica? ¿Cuál es el compromiso institucional del Gobierno de la República para reducir, en serio y en los hechos, la generación de energías sucias, caras y no renovables que tanto le fascinan al presidente?

Existe otro hecho más que desnuda la incapacidad de este gobierno para proteger nuestros ecosistemas. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales ha sido omisa para prohibir con firmeza y claridad la pesca en la zona cero de la vaquita marina al permitir la entrada a 65 embarcaciones pesqueras en la zona de protección ¿Se va a resignar López Obrador a la extinción de esta especie bajo su gestión? ¿Quiere pasar así a la historia? Las autoridades federales no deben menospreciar el compromiso creciente de los mexicanos en favor del cuidado del medio ambiente.

Hoy más que nunca existe una conciencia colectiva para luchar y proteger nuestro hábitat. Las acciones e inacciones del gobierno tienen una influencia directa en nuestro futuro y los ciudadanos, sociedad organizada y organismos internacionales levantamos la voz ante el desastre que la 4T está provocando sin medir las consecuencias.

Turismo, llave maestra para la reactivación económica

El turismo es uno de los sectores estratégicos más eficientes para reactivar la economía de nuestro país; aporta casi el 10% de todos los empleos […]

El turismo es uno de los sectores estratégicos más eficientes para reactivar la economía de nuestro país; aporta casi el 10% de todos los empleos generados en México según datos del propio gobierno federal. Los casi 4.5 millones de empleos directos que genera, integran a trabajadores de restaurantes, bares, centros de entretenimiento, servicios de transporte, alojamiento y hospedaje, agencias de viajes, comercio, artesanos y más. Se trata pues de un amplio sector económico que activa las economías regionales atrayendo el gasto y activando cadenas productivas muy variadas.

Ante la crisis económica derivada de la pandemia, el sector turístico se presenta como una potencial oportunidad para normalizar los ingresos de millones de familias que padecieron del freno a sus actividades productivas. Pero ¿cómo reanimar al turismo local e internacional? El primero paso debe ser el resurgimiento de nuestros Pueblos Mágicos. Es desde lo local, desde donde se puede y debe impulsar el desarrollo y crecimiento. México cuenta con 132 Pueblos Mágicos nombrados y reconocidos por la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal. Dichos pueblos se encuentran localizados y distribuidos a lo largo y ancho del territorio nacional abarcando 31 estados de la República Mexicana.

Tan solo en Querétaro encontramos 6 Pueblos Mágicos: Amealco, Bernal, Tequisquiapan, Cadereyta, Jalpan y San Joaquín. Ésta extendida cobertura resulta estratégica para la economía nacional, pero además tiene otra gran bondad: aviva nuestra cultura. Cada pueblo es un difusor insustituible de nuestra identidad nacional constituyendo nuestro patrimonio histórico, pero al mismo tiempo, son un motor básico de la reactivación del turismo nacional e internacional y generadores de derrama económica para sus localidades.

Vista la relevancia que guarda el turismo y sus Pueblos Mágicos, ¿de qué forma debe intervenir el gobierno para garantizar que el camino hacia la reactivación económica, a través de la magia de los pueblos, llegue a buen fin? Invirtiendo en lo básico. Ayudando subsidiariamente a cada Pueblo Mágico a mejorar su infraestructura año por año.

Es necesario puntualizar que en los últimos 3 años se ha dejado de asignar presupuesto federal al programa de Pueblos Mágicos ocasionando, en diversos casos, rezagos en sus infraestructuras que deben ser atendidas prontamente. Ante ello, es urgente que en el presupuesto de egresos de la federación para el 2022, se etiqueten recursos específicos para fomentar el turismo local y mundial por medio de nuestros pueblos. Se necesitan recursos para embellecer, cuidar y mejorar los Pueblos Mágicos, orgullo de México. No hay otra llave que abra mejor la reactivación de la economía mexicana.

#EntreNetas | Recursos públicos para la Universidad pública

¿Cómo identificar un verdadero sistema de salud pública de calidad? Por la gratuidad de sus servicios, por la amplitud de su cobertura, por la accesibilidad […]

¿Cómo identificar un verdadero sistema de salud pública de calidad? Por la gratuidad de sus servicios, por la amplitud de su cobertura, por la accesibilidad a consultas, tratamientos, medicinas e intervenciones y por la calidad integral en la atención que brinda. Bajo estos criterios podemos afirmar, sin temor a equivocación alguna, que el sistema de salud mexicano está en colapso.

Lejano a reconvertirse en un programa de salud pública de primer mundo como lo prometió el presidente, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) ha fracasado rotundamente: redujo su cobertura dejando sin acceso a más de 20 millones de personas que contaban ya con la protección del Seguro Popular, ocasionó un desabasto de medicinas sin precedente en nuestra historia reciente, frenó nuevos proyectos de infraestructura y arrinconó a organizaciones público-privadas que prestaban servicios de salud complementarios retirándoles toda aportación de recursos públicos con la que contaban.

Hoy millones de mexicanos se preguntan ¿En dónde está el INSABI? ¿Cómo acceder a medicinas y tratamientos gratuitos y de calidad? ¿Qué servicios cubre? ¿Cómo inscribirse? Preguntas básicas, sin respuestas claras.

El gobierno del presidente Vicente Fox, ideó el Seguro Popular para proyectar un nuevo sistema de salud universal que garantizara el derecho a la salud de toda mexicana y mexicano; los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña lo apuntalaron llegando a cubrir a 53 millones de personas. Si bien, el Seguro Popular aun presentaba muchas áreas de oportunidad y rezagos, su ruta era clara y ascendente; existía un esfuerzo genuino del gobierno federal por construir un sistema articulado, ampliado y perfectible para hacer realidad la garantía constitucional de la protección de la salud.

La salud pública en México está en una grave crisis, no hay inversión en infraestructura nueva, existe un dramático deterioro de las clínicas y hospitales a cargo del gobierno federal, no hay medicinas ni atención pronta y el manejo de la crisis sanitaria por la pandemia de la covid-19 evidenció los males que padece nuestro sistema confirmando que, con este gobierno, no hay cura posible y el sector salud federal está desahuciado.

#EntreNetas | Recursos públicos para la Universidad pública

Bien decía desde hace más de 88 años don Manuel Gómez Morin, ex rector de la UNAM, que “la existencia de la Universidad no es un lujo, sino una necesidad primordial para la República. El trabajo de los universitarios no es sólo un derecho, sino una responsabilidad social bien grave. Ni la Universidad puede vivir, ni los universitarios pueden trabajar con el fruto que la comunidad tiene derecho a exigirles, si las condiciones de apoyo y de comprensión no se cumplen.” De mucho tiempo atrás las universidades públicas de todo el país padecen de las coyunturas políticas imperantes al momento de plantear sus necesidades presupuestales.

Año tras año, ante la definición de los presupuestos de egresos, la mayoría de las instituciones de educación pública se enfrentan al contentillo y criterio de los titulares de los poderes ejecutivos – presidente y gobernadores- que, casi siempre, mantienen una influencia determinante en las legislaturas respectivas. Es así que el presupuesto que se otorga a las universidades públicas comúnmente se regatea sin considerar la trascendencia de su función social.

Es cierta también, la existencia de casos documentados de malos manejos financieros o desfalcos en algunas instituciones que han puesto en duda el correcto uso de los recursos públicos destinados a las universidades, pero sin duda, son excepciones que deben investigarse y sancionarse pero no por ello convertirse en un precedente negativo que sirva para condicionar el aumento significativo y decidido al presupuesto de las mismas. Hoy la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) forma a más de 32,000 estudiantes y el conocimiento que genera es incomparable.

¿Por qué no aumentar su presupuesto si es necesario incrementar su nivel de cobertura? Si cada año, 7 de cada 10 aspirantes a ingresar a la Universidad, no pueden hacerlo ¿por qué no destinar mayores recursos a la Máxima Casa de estudios del Estado? Quizá prevalezcan consideraciones técnico-financieras que no permitan dar un incremento sustancial pronto, pero no hay justificación racional que valga para seguir postergando el inicio de una recuperación presupuestal significativa y paulatina.

Es momento de re valorar la posibilidad de garantizar un presupuesto suficiente e incremental para las universidades públicas desde las propias constituciones. La UAQ ha cumplido al mantenerse entre las mejores universidades de nuestro país, ahora nos toca a todos, sociedad y gobierno, retribuirle en nuestras posibilidades. Quienes somos egresados y ocupamos una posición política estamos doblemente obligados a hacerlo. Recientemente la rectora Teresa García tuvo a bien recordar aquella frase de Derek Curtis Bok, ex rector de la Universidad de Harvard, “Si cree usted que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”, este es el verdadero dilema que enfrentamos, apostar con recursos públicos por la educación pública o acostumbrarnos a la ignorancia.

Jóvenes, arrinconados por Hacienda

¿Te imaginas obligar a las y los jóvenes que cumplan 18 años de edad a tramitar y obtener su licencia de conducir? Es decir, obligar […]

¿Te imaginas obligar a las y los jóvenes que cumplan 18 años de edad a tramitar y obtener su licencia de conducir? Es decir, obligar por ley a quienes cumplan la mayoría de edad a tener, sí o sí, su licencia para conducir independientemente de si saben o no manejar, o si quieren o no hacerlo. Pues así de absurda y ridícula resulta la nueva disposición legal que aprobaron esta semana las y los diputados de MORENA para obligar a todos los jóvenes mexicanos que cumplan 18 años a tener su Registro Federal de Contribuyentes (RFC) tengan o no alguna actividad económica, e increíblemente y en consecuencia, sean o no contribuyentes; en caso de no hacerlo podrían ser acreedores a multas de 12,000 pesos y a potenciales procedimientos legales.

No existe explicación alguna a esta medida emprendida por el gobierno del presidente López Obrador. No hay razón expuesta que sostenga esta medida irracional. No hay justificación que valga para inscribir en un registro de contribuyentes a quienes no realizan actividades empresariales, ni económicas. Ni MORENA, ni López Obrador, han logrado argumentar o articular una sola razón que defienda esta nueva regla. Por ello, debemos alertar que se busca implementar una burda persecución fiscal hacia la juventud de este país para orillarlos a registrase ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) aunque su principal actividad, a veces la única, a veces inaccesible, sea la de estudiar.

¿Qué fin perverso se persigue con esta idea? ¿Por qué se quiere usar el registro de contribuyentes como un padrón poblacional alterno, haciéndose de datos personales e ingresándolos a un sistema tributario aunque no tengan ingresos? Este es el inicio de un terrorismo fiscal, para controlar y manipular. Es a todas luces inconcebible que se obligue a las y los jóvenes a registrarse en el padrón de contribuyentes al tiempo que se exime de esta obligación, por ejemplo, al comercio informal que evidentemente desarrolla una actividad económica por la que se debería tributar. Hoy en México se inicia un nuevo modelo de persecución política fuera de toda proporción, se arrincona a la juventud frente a Hacienda.

#MéxicoSinQuimios

Resulta dramático que el cáncer infantil sea la segunda causa de muerte en niños de 5 a 14 años en nuestro país.

Hace tres años, el acceso a un tratamiento de calidad y a medicinas suficientes para atender a niñas y niños con cáncer fue borrado cretinamente de la lista de servicios de salud que otorga el Estado. El actual gobierno federal ha retirado absurdamente el presupuesto para garantizar el cuidado especializado y la atención de esta grave enfermedad que afecta directamente a más de 7 mil 500 nuevas familias cada año, según la institución de asistencia privada Aquí Nadie Se Rinde.

Resulta dramático que el cáncer infantil sea la segunda causa de muerte en niños de 5 a 14 años en nuestro país; así de importante y prioritario debería ser el interés del gobierno por ocuparse y encargarse de la debida atención y prevención de esta enfermedad en el sector público de salud.

Ante esta nueva “normalidad”, en la que el gobierno desprecia constantemente su afecto por la vida, esta semana se presentó en la Cámara de Diputados un punto de acuerdo de urgente resolución para exigir y garantizar dentro del presupuesto federal, recursos suficientes para tratar y abastecer de medicamentos contra el cáncer a las niñas y los niños mexicanos.

Se requieren alrededor de 5 mil millones de pesos de los más de 7 billones de pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para responder con dignidad y humanidad a esta problemática. Es decir, salvar la vida de nuestras niñas y niños, equivale a destinar tan solo el 0.07 por ciento del presupuesto de la federación; no hacerlo es imperdonable y cuesta miles de vidas ya que en México cada cuatro horas muere una niña o niño por cáncer.

Según la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, se calcula que el tratamiento para el cáncer infantil cuesta a lo menos 9 mil pesos semanales; es decir, más de 450 mil pesos anuales. ¿Cuántas familias mexicanas pueden costear este tratamiento sin ayuda del gobierno? ¿El presupuesto al sector salud debe ser una prioridad del gobierno? ¡Claro! El derecho a un sistema de salud debe ser promovido y garantizado por el gobierno.

Es incuestionable que la amplísima mayoría de mexicanos se encuentra imposibilitada de solventar un tratamiento completo contra el cáncer, por lo que el financiamiento del gobierno es vital; tal y como venía ocurriendo en el pasado reciente bajo el extinto Seguro Popular que, con sus fallas y defectos, era una política pública de salud mucho mejor que sí cubría estos padecimientos y nos mantenía en ruta hacia un sistema de salud con mayor cobertura y calidad. Hoy hemos sufrido una grave regresión que debe acabar ya si queremos terminar con un #MéxicoSinQuimios.