Con cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el vino mexicano ocupa más de 8,500 hectáreas del territorio nacional en las que se cultivan más de 73,000 toneladas de uva y se producen 36 millones de litros de vino al año. La vitivinicultura se desarrolla a lo largo y ancho de 14 estados de la República y emplea a más de 500,000 personas, lo que la convierte en la segunda fuente de empleo en el sector agrícola mexicano. El propio gobierno federal reconoce que la producción de la uva industrial en el país registra una tasa de crecimiento promedio anual del 10 por ciento, resultando uno de los sectores productivos con mejor y mayor perspectiva de crecimiento.
Así como celebramos el Día Nacional e Internacional del Tequila o el Día Nacional del Mezcal, es justo reconocer al Vino Mexicano que se produce determinadamente en nuestro país desde hace 255 años pero que se cultivó por primera vez en 1522 en nuestra tierra.
Decretar la conmemoración de este día es reconocer el pasado pero también es proyectar el futuro. Como bien lo apunta el Consejo Mexicano Vitivinícola fundado en 1949 “En los últimos años el vino mexicano pasó de ser tendencia a consolidarse como uno de los productos mexicanos más reconocidos en México y en el mundo[…] y se ha vuelto esencial para la economía del país. Particularmente, junto con el desarrollo del enoturismo, volviéndose uno de los segmentos con más iniciativa y futuro en México.”
En los últimos 5 años el consumo, y con ello la cultura del vino mexicano, se ha duplicado. La industria del vino representa un círculo virtuoso que detona la economía nacional con turismo rural, eventos, gastronomía e impactando muchos de nuestros Pueblos Mágicos como Bernal en Querétaro, Parras en Coahuila, Dolores Hidalgo en Guanajuato o Tecate en Baja California.
Dijo el poeta Manuel Vázquez Montalbán que “Un pueblo que no bebe su vino tiene un grave problema de identidad”. Sin duda el año 2022 es el año del Vino Mexicano, no solo porque recibimos el Congreso Mundial de la Viña y el Vino y porque hoy día se está discutiendo en la Cámara de Diputados la declaratoria del Día del Vino Mexicano; es el año del vino nacional porque existen detrás historias de éxito mundial con más de 1,500 medallas para nuestros vinos mexicanos y porque la industria y los gobiernos de los tres niveles han trazado metas ambiciosas como la de duplicar la superficie de vides a 10 y 15 mil hectáreas adicionales.
Es justo celebrar al vino, orgullo nacional, orgullo queretano y mexicano.